Fuimos un «casi algo» que dolió

¿Y si nos hubiéramos arriesgado?, ¿y si por una sola vez nos hubiéramos quitado los miedos en vez de quitarnos la ropa?

«No es el momento indicado», dijiste una y otra vez y yo te creí, creí que de verdad si nos arriesgábamos todo se jodería pero también fantaseaba con la idea de encontrarnos en el momento preciso en el que pudiéramos amarnos sin temor a las etiquetas o ataduras.
Te creí y continúe sumergida en la preciosa locura que me regalabas día a día.
Quisiera comprender tus razones, te juro que he tratado pero me cuesta pensar que para el amor debe existir un momento «perfecto», más pienso que ha sido pura cobardía y es que duele más pensar que lo intentaste, que intentaste quererme pero al final no te resultó.

Foto de Leah Kelley/Pexels

Yo por mi parte me quedo tranquila porque aunque fallé, intenté hasta el último minuto hacerte sentir lo que yo sentía, darle vida a cada uno de tus sentidos, que no te faltaran las sonrisas ni los motivos para sentirse afortunado.
No importa el tiempo que pasé, te seguiré recordando, cómo no hacerlo cuando me enseñaste tanto del amor, incluso de la vida, hasta descubrí cosas de mí que desconocía.
Dicen que si algo te hizo sentir feliz, entonces valió la pena y ten la certeza de que es así. No hay ni una pizca de odio ni de rencor en mi corazón hacía ti, fuiste una de las más bellas lecciones que la vida me ha dado y prometo que cuando me acuerde de ti, sonreiré.
Tengo la certeza de que algún día serás la mejor versión de ti mismo y lograrás deshacerte de todos esos miedos que te hacen pensar que no te mereces un amor de verdad, siendo sincera lamento no estar presente cuando ocurran todos esos cambios pero más lamento no ser la mujer a la que llegues a querer como siempre soñé.
Y es que te juro que siempre pensé que tarde o temprano seríamos algo, desafortunadamente nos quedamos en el «casi», un intermedio que siempre dolió en el corazón porque me entregué como nunca antes lo había hecho aun cuando había focos amarillos sugiriéndome un «precaución», no quise mirar las alertas, quise jugármela y al final, aquí estoy, dejándote en libertad.

Foto de Louise Cornelissen/Pexels

Porque el amor también se demuestra así ¿no?, dejando libre a quien amas porque no te ama, porque al final todos merecemos ser felices pero nunca por encima de la felicidad del otro.
Así que mi amor, vuela lejos de mí, me quedo con ese ¨casi algo¨ que me llenó de mucha ilusión el corazón el tiempo que duró.

Fuimos ¨casi algo¨ que sin importar a donde vaya recordaré como lo más bonito que me arriesgué a tener.

Escrito por: Stepha Salcas
LIBRO A LA VENTA «LA VIEJONA AGRIA: AMAR EN TIEMPOS DE COBARDÍA».