Tal vez sufrí y lloré muchas noches esperando que tú reaccionaras, a que por fin te animaras a dar el siguiente paso, después de un tiempo acepté que no siempre uno y uno son dos. Me pasé días tratando de hacerte feliz y tú jamás fuiste capaz de ser recíproco conmigo, vivía engañada y conforme con el poco cariño y atención que me brindabas, cada vez que fríamente lo volvías a hacer, yo débilmente te advertía que esta sería la última vez. Siempre te sentiste seguro de mí, que cada domingo por la tarde cuando regresabas de un fin de semana de diversión, aventuras quién sabe con quienes, ahí estaría yo para brindarte el cariño que necesitabas para llenar tus vacíos.
Pasé por eso y por más, pero por fin me armé de valor y decidí dar un paso al costado, ponerme fuerte y decir ya basta. No me merezco esto, yo merezco que me quieran y no a tu manera intermitente, cuando quieres estas y cuando yo quiero no. Creías que estaría para siempre, que con una llamada o un mensaje con palabras lindas endulzándome sería suficiente, pues no.
Hoy me armé de valor y aprendí una palabra mágica: «NO», no me voy a conformar con tu poco cariño, no me voy a conformar con el poco tiempo que me das, con tu falta de atenciones y gestos, no me voy a conformar contigo.
Hoy te diste cuenta de que dejé de ser la incondicional, vienes a decirme que me quieres, que vas a cambiar, que dejas a todas tus conquistas por mí, que te de una última oportunidad, que te diste cuenta de que era importante en tu vida y que no me quieres perder.
Hoy te digo no puedes perder algo que nunca tuviste, luché incansablemente para enamorarte, pero por fin me di cuenta de que el que me tenía que enamorar eras tú, el que me tenía que llenar de detalles eras tú, permití demasiado y ese fue mi peor error.
Hoy no te pierdo, me pierdes; pierdes a alguien que veía en ti todos tus defectos y aun así los quería en su vida, pierdes a alguien que te quería sin condición, solo pedía a cambio que me quisieras como te quería yo. Jamás te prohibí nada, pero hoy te prohíbo que me vuelvas hablar, me he dado cuenta de que tal vez perdí mi tiempo, pero me quedé con una gran lección, YO SÍ SÉ QUERER.
Autor: Lucia Silva